BLOQUE 3. La formación de la
Monarquía Hispánica y su expansión mundial (1474-1700)
VIDEOS DE MEMORIA DE ESPAÑA CORRESPONDIENTES A ESTE BLOQUE
APUNTES DEL BLOQUE
"La monarquía de los Reyes Católicos"
"América, un nuevo mundo"
"Carlos V: un monarca, un imperio, una espada"
"La España de Felipe II: un imperio sin emperador"
"La España de Felipe II: un imperio sin emperador"
"La decadencia política en el siglo de oro"
"Decadencia de un imperio. de los Austrias a los BorboneS"
I. Los Reyes
Católicos y la construcción del estado moderno.
I.1. Unión dinástica: integración de las Coronas de
Castilla y Aragón. La conquista de Granada y la incorporación de Navarra.
I.2. Política internacional de los Reyes Católicos
I.3. Organización del Estado: instituciones de
gobierno.
I.4.
América: Descubrimiento y conquista
II. La España del siglo XVI.
II.1. El imperio de Carlos V
II.2. La monarquía hispánica de Felipe II
II.3. El modelo político de los Austria.
II.4. América en los siglos XVI y XVII
III. La España del siglo XVII.
III.1. Felipe III (1598-1621):
III.2. Felipe IV (1621-1665).
III.3. Carlos II (1665-1700)
III.4. Gobierno de validos y conflictos internos. La
crisis de 1640.
III.5. Evolución económica, social y cultural en el
siglo XVII.
I. LOS REYES CATÓLICOS Y LA CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO
MODERNO.
El reinado de los Reyes Católicos ha sido
frecuentemente considerado como el punto de partida de España como estado moderno. En efecto, la monarquía autoritaria se impuso finalmente a la nobleza, se unificaron políticamentetodos los
estados peninsulares menos Portugal, se implantó la unidad religiosa y se descubrió
América (basamento económico de la España Moderna). Sin embargo, no todo
significa modernidad, pues había pervivencias
medievales: así la unión de los reinos de España seguía siendo dinástica y patrimonial y las
instituciones de gobierno se desarrollaban a partir de la transformación de las instituciones medievales (consejos,
audiencias, cortes, etc.).
I.1. Unión dinástica: integración de
las Coronas de Castilla y Aragón. La conquista de Granada y la incorporación de
Navarra.
La unión
dinástica de los Reyes Católicos se inició con el matrimonio de Isabel y
Fernando en 1469. Este matrimonio fue arreglado por Juan II de Aragón, quien
buscaba una aliada para vencer en la Guerra Civil de Cataluña y Navarra. Con la Capitulación de Pedralbes (1472),
se puso fin a la guerra civil catalana y cuando Juan II murió en 1479, Fernando
se convirtió en rey de Aragón.
La sucesión en Castilla no fue tan sencilla. En
opinión de Enrique IV, el matrimonio secreto de Isabel rompía el Tratado de los Toros de Guisando (1468),
de manera que Enrique IV nombró como sucesora a su hija (probablemente
bastarda), Juana la Beltraneja. A la
muerte de Enrique IV estalló la Guerra
de Sucesión en Castilla (1474-1479). Las candidatas al trono eran:
•Isabel: apoyada por las ciudades, parte de la alta
nobleza y clero y Aragón.
•Juana la Beltraneja: apoyada por parte de la nobleza
y el clero (Arzobispo de Toledo), Portugal y Francia.
Tras la Batalla
de Toro (1476), el bando de Isabel tuvo las de ganar. Por el Tratado de Alcaçovas (1478), Portugal
reconoció a Isabel como reina de Castilla. El matrimonio entre Fernando e
Isabel no supuso en ningún momento la formación de un estado unificado a pesar
de que por la Concordia de Segovia,
ambos soberanos decidieron gobernar indistintamente los dos reinos. Al
contrario cada reino mantuvo sus propios
fueros e instituciones. Se trataba, por tanto de una unión dinástica o
patrimonial de carácter medieval.
Castilla y Aragón eran estados muy diferentes a fines
del siglo XV. Castilla tenía mucha más población que Aragón y su economía era
mucho más dinámica (especialmente la ganadería y el comercio de
lana con Flandes), además era un reino unificado y con una larga tradición de
autoritarismo monárquico. Por el contrario, la Corona de Aragón parecía más una
confederación de reinos en los que el gobierno se basaba en la tradición
pactista entre el rey y las cortes. Estas circunstancias hicieron que los Reyes
Católicos basaran su poder sobre todo en los recursos de Castilla.
La unión matrimonial fortaleció a ambas coronas y
éstas iniciaron una política expansiva con
el objetivo de unificar los demás reinos peninsulares:
•Entre 1482 y 1492 se produjo la Guerra de Granada. Los Reyes Católicos terminaban así la
Reconquista tras más de dos siglos de interrupción. La Guerra de Granada fue
una sucesión de asedios, la mayor parte de los cuales terminaron en una
capitulación pactada. La victoria de los Reyes Católicos sevio favorecida por
la guerra civil entre Boabdil y su
tío El Zagal, por un potente
ejército combinado de tropas nobiliarias y milicias urbanas (Santa Hermandad),
y por las capitulaciones firmadas
con los vencidos que respetaban sus propiedades y su religión islámica. Granada quedó integrada en el Reino de
Castilla.
•Navarra fue
conquistada en 1512, tras la muerte de Isabel. La conquista se justificó por la
colaboración entre Navarra y Francia (enemiga de Fernando el Católico). En las Cortes de Burgos de 1515, Navarra
se unió a los dominios de Fernando aunque mantuvo sus cortes y fueros como
reino aparte.
•Los Reyes Católicos no pudieron incorporar Portugal, a pesar de que lo intentaron por
vía de matrimonio. Sin embargo, se crearon las bases para su incorporación en
el siglo XVI (1580).
I.2. Política internacional de los Reyes Católicos
La unión de Castilla y Aragón convirtió a la monarquía
de los Reyes Católicos en una de las potencias políticas más importantes de
Europa. La política exterior siguió las
siguientes directrices:
•Enfrentamiento con Francia y alianza con los países
que la rodean para aislarla
•Integración de todos los territorios peninsulares.
•Expansión marítima tanto en el Atlántico como en el
Mediterráneo.
- Guerras de
Italia: (1494-95)
y (1502-03): tras la Guerra e Granada, Italia se convirtió en un campo idóneo
para dar salidaal gran ejército organizado por los Reyes Católicos. El
enfrentamiento se produjo con Francia por el dominio del Reino de Nápoles(éste
había sido un dominio de la Corona de Aragón a mediados del siglo XV). El Gran Capitán Gonzalo Fernández de Córdoba venció a los franceses en la Batalla
de Cerignola (1503) lo cual supuso la incorporación de Nápoles aAragón y el
predominio español en buena parte de Italia.
- Ocupación
de las plazas del Norte de África: la ocupación de las plazas de Melilla, Orán, Bugía y
Trípoli iba destinada a acabar con los nidos de piratas berberiscosque asolaban
las costas españolas y dificultaban el tráfico marítimo. La efectividad de
estas conquistas fue muy escasa.
- Portugal luchó contra Isabel durante la
guerra de sucesión por el trono de Castilla, sin embargo, al finalizar este
conflicto, los Reyes Católicos hicieron lo posible por regular unas relaciones
pacíficas con Portugal. Así firmaron el Tratado
de Alcaçovas-Toledo (1479), según el cual Portugal reconocía a Isabel la
Católica como reina de Castilla. También fue de gran importancia el Tratado de Tordesillas (1494) en el que
Castilla y Portugal delimitaron sus respectivas áreas de expansión marítima.
Los Reyes Católicos elaboraron una compleja política
matrimonialque tenía como función atraer a Portugal para unirlo a los otros
reinos de la Corona y aislar Francia. Por ello, los hijos de los Reyes
Católicos se casaron con varias familias reales europeas:
•Isabel y María se casaron con Manuel I de Portugal.
•Catalina de Aragón se casó con Enrique VIII de
Inglaterra
•Juan se casó con Margarita de Austria y Juana la Loca
con Maximiliano de Austria.
Esta política matrimonial produjo al final la gran herencia
política de Carlos I.
I.3. Organización del Estado: instituciones de
gobierno.
Los Reyes Católicos mantuvieron la independencia institucional de cada uno
de sus reinos, lo cual les exigió gobernar los diferentes territorios de un
modo también diferente. Respecto a las instituciones de gobierno, no crearon
ninguna nueva o completamente original, sino que hicieron uso de las instituciones medievales ya existentes
adaptándolas a las nuevas necesidades y siempre con el objetivo de reforzar el
poder monárquico. Así ocurrió, por ejemplo con los virreinatos, institución de
la Coronade Aragón que pronto sería extendida a los nuevos territorios
americanos de Castilla.
El Consejo de Castilla
se siguió reuniendo, pero las nuevas necesidades de una monarquía cada vez más
compleja condujeron al establecimiento de los Consejos Especializados de gobierno (Inquisición, Órdenes
Militares, Aragón, Militar, etc.). Además los nobles fueron desplazados de
éstos y fueron sustituidos por juristas especializados.
La Administración
de Justicia fue uno de los puntos fuertes de la nueva administración.
Frente a la Audiencia itinerante, los Reyes católicos aumentaron el número de
tribunales superiores y fijaron su residencia en un lugar determinado: dos chancillerías (Valladolid y Granada) y
dos audiencias (Santiago y Sevilla),
además situaron otra audiencia al frente de cada reino de la Corona de Aragón y
de Navarra.
Los Reyes Católicos fueron capaces de superar la
difícil situación que las monarquías peninsulares habían tenido ensus
respectivos reinos. Buena parte de éste éxito se debe a que consiguieron la pacificación social ansiada por una
población cansada de desórdenes. En dicha pacificación fue vital el
establecimiento de la Santa Hermandad en
las Cortes de Madrigal de 1476. Se
basaba en las hermandades formadas por los municipioscomo organismos para
defenderse del bandolerismo. La Santa Hermandad encuadraba a todas estas
hermandades en una organización común pero que sería financiada por los propios
municipios. Su función esencial fue luchar contra el bandolerismo y los
desórdenes sociales, para ello recibían atribuciones policiales y judiciales
(justicia rigurosa y rápida) hasta 1498, asimismo sirvió como refuerzo para el
ejército en la Guerra de Granada.
Resolución del conflicto
Remensa en Cataluña. La Capitulación de Pedralbes (1472) puso fin a la
Primera Guerra Remensa, pero no había solucionado la causa del problema, por
ello en 1484 comenzó una Segunda Guerra Remensa. Fernando el Católico se puso a
favor de la nobleza y aplastó la rebelión. Sin embargo, en 1486 decretó la Sentencia Arbitral de Guadalupe que
acababa con los malos usos que habían provocado la guerra y por tanto convertía
en campesinos libres a los remensas. A cambio, la nobleza recibía una
compensación económica.
La Alta Nobleza castellana había sido durante los
siglos XIV y XV un factor constante de inestabilidad y desafío a la monarquía
autoritaria.La política de los RR CC hacia la nobleza apartaba a ésta de los
principales resortes del poder político (éstos serían ocupados por juristas
especializados).Por el contrario, la monarquía aseguraba el poder social y
económico de la nobleza. Así, por ejemplo, en las Cortes de Toro de 1505 se institucionalizó el Mayorazgo como base fundamental del Señorío Territorial.
El control municipal fue otro de los capítulos
importantes de la nueva monarquía. Así, en las Cortes de Toledo de 1480 extendieron la figura del corregidor a un gran número de
municipios. Elcorregidor era un juez en primera instancia y agente real que
gobernaba los principales municipios junto al regimiento (es decir los
representantes de la oligarquía local).
Los Reyes Católicos reunieron pocas veces a las Cortes
de la Corona de Aragón.En cuanto a las de Castilla, éstas tenían más que
ofrecer y eran más sumisas, no obstante, entre 1481 y 1498 no las reunieron ni
una sola vez. Esta fue otra manera de marginar a la alta nobleza del poder
político, pues sí que se reunieron con los representantes de las ciudades.
La Política
Religiosa de los RR CC acabó con la tradicional tolerancia religiosa entre
cristianos, judíos y musulmanes. Dada la importancia de la religión en la
definición del sistema político (el rey recibe su poder de Dios), la monarquía
autoritaria necesitaba la uniformidad
religiosa.
En 1492 se decretó la expulsión de los judíos que no se convirtieran al cristianismo
(marcharon unos 100.000). Asimismo, y a pesar de que las capitulaciones con el
Reino de Granada prometían respetar a los musulmanes de Granada, éstos fueron
acosados por las autoridades hasta tal punto que se rebelaron entre 1499 y
1501. Motivo fundamental fue la política de unidad religiosa: abandonando la
relativa –y precaria- convivencia y tolerancia religiosa que habían
caracterizado a los reinos medievales, ahora todos los súbditos deberán
practicar la misma religión y se crea como organismo responsable de velar por
ese proceso el Consejo de la Suprema Inquisición (1479). Entre 80.000 y 100.000
hispanojudíos (la diáspora sefardí) debieron abandonar los reinos hispánicos y
otros 50.000 aproximadamente se convirtieron al cristianismo para permanecer en
su tierra, en la que serán vigilados y perseguidos por la Inquisición. Entre 1501-02
se expulsó a los mudéjares (musulmanes).
Muchos de los judíos (conversos) y musulmanes
(moriscos) que decidieron convertirse en cristianos nuevos continuaron en
secreto con sus prácticas religiosas anteriores. Por ello, los Reyes Católicos
obtuvieron de los papas la institucionalización de la Inquisición o Tribunal del Santo Oficio. Este perseguiría a los
herejes que no respetaban la ortodoxia católica. Además, la Inquisición se
convirtió en un organismo de poder para la Corona, que tenía el poder de
nombrar a los inquisidores y que podía actuar en cualquiera de sus reinos sin
preocuparse por fueros o fronteras.
I.4. América: Descubrimiento y conquista
El descubrimiento y conquista de la América Hispana
fue uno de los acontecimientos históricos más importantes de la Historia de la
Humanidad. España contribuyó decisivamente a expandir la cultura europea y el
idioma castellano a buena parte del Nuevo Continente. Sin embargo, los
españoles también fueron responsables de la destrucción de decenas de culturas
indígenas y de la brutal explotación de sus habitantes. Para España, América se
convirtió en una importante fuente de riquezas, pero dichas riquezas no se
emplearon adecuadamente e impidieron convertir a nuestro país en la principal
potencia económica europea.
El descubrimiento de América se produjo en 1492, sin
embargo, Castilla y especialmente Portugal, llevaban casi un siglo de
exploraciones geográficas en el Atlántico. Portugal inició sus navegaciones ya
a principios del siglo XV desde la Escuela
de Sagres, impulsada por el Infante Enrique
el Navegante. La motivación portuguesa era encontrar una ruta alternativa
al Mediterráneo para llegar al Asia Oriental. Dicha ruta consistía en
circunnavegar África para llegar a Asia a través del Indico (una ruta larga y
compleja). Por lo que respecta a Castilla, ésta se limitó a colonizar las
Canarias. Estas navegaciones el siglo XV permitieron a portugueses y
castellanos realizar espectaculares avances técnicos en la navegación en alta
mar (portulanos, astrolabio, brújula, carabela). Estos adelantos fueron
conocidos por Colón.
A fines del siglo XV Colón llegó a Portugal. Allí
propuso al rey una alternativa a la costosa ruta africana para llegar a Asia:
navegar directamente hacia el oeste. El plan de Colón fue rechazado pues sus
conclusiones geográficas eran erróneas. Por ello recurrió a Castilla. En 1492,
Colón firmó con los Reyes Católicos las Capitulaciones
de Santa Fé que le nombraban gobernador de todo lo que descubriera y le
otorgaban un décimo de los beneficios que se obtuvieran.
El 12 de Octubre de 1492 la expedición llegó a la Isla
de San Salvador y descubrió Cuba y La Española (Santo Domingo). Tras éste
realizó otros tres viajes en los que descubrió buena parte del Caribe y la
costa de América del Sur. Aunque Colón no lo supo nunca, en realidad había
fracasado en su objetivo de llegar a Asia, pues se encontró un continente
inesperado.
Tras Colón llegaron los viajes menores. En uno de éstos, Américo Vespucci recorrió la costa de América del Sur (1499),
descubriendo que las nuevas tierras no formaban parte de Asia (es decir que
“descubrió intelectualmente” América)
El descubrimiento volvió a replantear las relaciones
entre Castilla y Portugal, pues, según el Tratado
de Alcaçovas (1478), a Castilla sólo le correspondían las Canarias. En este
conflicto actuó de árbitro el papa Alejandro
VI, quien promulgó la Bula Inter Cetera
(1493), beneficiosa para España.
Portugal no aceptó y amenazó con la guerra, pero finalmente el acuerdo llegó en
el Tratado de Tordesillas (1494),
que dividía los dominios de Castilla y Portugal por un meridiano a 370 leguas
al oeste de Cabo Verde (y así concedía Brasil a Portugal).
II. LA ESPAÑA DEL SIGLO XVI
El siglo XVI es un siglo de luces y sombras, es el
período de mayor auge político y militar de España, y sin embargo, también es
el siglo en el que se gesta la ruina económica y el atraso social e ideológico
del país.
II.1. El imperio de Carlos V
El Imperio de Carlos
I de España y V de Alemania (1516-1556) se formó por una enorme herencia no
premeditada, debido a una política matrimonial iniciada por los Reyes Católicos
con el objetivo de aislar a Francia.
•De su abuelo paterno Maximiliano de Habsburgo, recibió Austria y le sucedió en el título
imperial.
•De su abuela paterna, María de Borgoña, recibió Flandes y el Franco Condado.
•De su abuelo materno, Fernando el Católico recibió la Corona de Aragón que incluía además
sus dominios italianos de Sicilia, Cerdeña y Nápoles.
•De su abuela materna, Isabel la Católica recibió la Corona de Castilla, Navarra y los
dominios americanos.
Además, durante su gobierno crecieron enormemente los
dominios americanos, conquistó Milán y fue coronado emperador del Sacro
Imperio.
Esta herencia motivó el sueño de Carlos V de recrear
el Imperio Universal Cristiano: todos
los reyes de Europa unidos por una sola fe y un solo emperador en lucha contra
los turcos. Sin embargo, esta pretensión fue imposible de lograr, pues Carlos V
no consiguió ni la unidad política ni la religiosa.
Conflictos exteriores
Carlos V mantuvo cuatro guerras contra Francisco I y Enrique
II de Francia. El Imperio de Carlos
V se creó precisamente como una coalición antifrancesa, pero además existían
múltiples lugares de enfrentamiento (Italia, Navarra, Rosellón, Flandes, etc.).
En 1525, Carlos V venció en la Batalla
de Pavíaa Francisco I lo cual le permitió ocupar Milán. Sin embargo, los conflictos con Francia fueron continuos e
incluso Enrique II, a pesar de ser un monarca católico, se alió a los luteranos
contra Carlos V.
Carlos V consiguió frenar la expansión turca que amenazaba Viena, sin embargo, fracasó al
intentar tomar Túnez (1535) y así
solucionar el problema de los piratas berberiscos.
Probablemente el más grave por sus repercusiones fue
el conflicto religioso en Alemania.
En 1517 Lutero inició su Reforma y
pronto fue apoyado por algunos príncipes alemanes que veían en ello una manera
de desafiar el poder autoritario de los Habsburgo en el Imperio. En principio,
Carlos V intentó una solución de compromiso con Lutero en las Dietas de Worms
(1521) y Spira (1529), pero la vía negociada fracasó, dando lugar a la Guerra
de la Liga de Esmalkalda. En dicha
guerra Carlos V tuvo algunos éxitos como la Batalla de Mühlberg (1547), sin embargo, a la larga, los gastos de los
conflictos contra luteranos y franceses le obligaron a llegar a un acuerdo con
los protestantes: la Paz de Augsburgo(1555).
Esta paz dividía el Imperio en dos zonas, la católica y la protestante y exigía
que todos los súbditos tuvieran la religión de su rey o príncipe (cuius regio eiusreligio).
Conflictos internos. Comunidades y
Germanías.
El conflicto más grave fue la Rebelión de las Comunidades de Castilla (1521-1523). Esta se
produjo por varias razones: el descontento por los gobernantes extranjeros que
trajo Carlos V (Adriano de Utrecht), la utilización de los recursos de Castilla
para pagar la política imperial de Carlos V, la necesidad de que el rey tuviera
más en cuenta las Cortes y especialmente la voz de las ciudades, la nefasta
política de exportar la lana en bruto, etc. En ciertas ciudades como Toledo,
Salamanca o Segovia, la baja nobleza (Padilla,
Bravo, Maldonado), tomaron el poder y formaron comunas. Carlos V obtuvo la
victoria final en la Batalla de Villalar
(1523), tras conseguir la división entre comuneros y alta nobleza. La
derrota de las Comunidades aseguró el autoritarismo monárquico y los intereses
económicos de la Alta Nobleza.
El Conflicto
de las Germanías se
desarrolló en el Reino de Valencia como eco del conflicto de las Comunidades de
Castilla. Sin embargo fue mucho menos complejo y en una rebelión esencialmente
antiseñorial. En este caso, Carlos V apoyó claramente a la alta nobleza para
aplastar la rebelión.
II.2. La monarquía hispánica de Felipe II
Como contraste del Imperio Universal de Carlos V
denominamos al reinado de Felipe II (1556-1598) la Monarquía Hispánica. Esto se debe a que Felipe II centró sus
esfuerzos políticos en que el centro de su imperio fuera España y que éste se
convirtiera en un estado hegemónico,
pero renunció al Imperio Universal. No renunció, sin embargo, a la defensa del Catolicismo, que ahora se enfrentaba al
crecimiento del Protestantismo (Luteranismo, Calvinismo, etc.).
Felipe II se convirtió en rey por la abdicación de
Carlos V y en principio tuvo que hacer frente a los compromisos políticos de su
padre. Es lo que se llama la política
heredada.
El compromiso más importante de la política heredada
fue la terminación de la guerra contra Francia.
En la Batalla de San Quintín de 1558
Felipe II derrotó a los franceses. Esta batalla forzó la paz definitiva entre
los dos países (Paz de Cateau-Cambresis),
debida al agotamiento financiero de España (bancarrota de 1557), y al inicio de
las Guerras de Religión en Francia.
Hacia 1570, la ofensiva
turca en el Mediterráneo se hizo especialmente virulenta. Los turcos
arrebataron Chipre a Venecia y ésta pidió ayuda a España. Venecia, España y el
Papado formaron la Liga Santa comandada
por Don Juan de Austria. Éste
derrotó a los turcos en Lepanto (1571).
La victoria de Lepanto frenó el avance turco en el Mediterráneo, sin embargo,
no consiguió acabar con los piratas berberiscos el Norte de África.
El Conflicto más importante al que se enfrentó Felipe
II fue el de los Países Bajos. El
conflicto de los Países Bajos tuvo causas económicas y políticas, pero las más
graves fueron las religiosas: el norte calvinista se enfrentó al sur católico y
Felipe II luchó por la uniformidad religiosa católica. La guerra estalló en
1568 con la rebelión de las Provincias Unidas de Holanda. Felipe II recurrió a
la fuerza y envió al Duque de Alba
que ejecutó a los principales cabecillas. La Guerra de Flandes (1568-1648) fue una guerra lenta de asedios y una
auténtica sangría para los tercios y la hacienda española.
A partir de los años 80 Inglaterra se sumó a los enemigos de Felipe II. Por un lado, la
Inglaterra Isabelina desafiaba el poder marítimo de España en el Atlántico y el
monopolio del comercio con América. Además, había un problema religioso.
Inglaterra era una potencia protestante y ayudaba a los rebeldes holandeses
contra los tercios españoles. Este doble desafío provocó la respuesta militar
de Felipe II: la Armada Invencible (1588),
que fracasó en su intento de invadir Inglaterra. Esta derrota supuso la pérdida
de la hegemonía marítima española en el Atlántico.
Los años finales del gobierno de Felipe II estuvieron
marcados por su intervención en las Guerras
de Religión en Francia. Francia fue víctima en la segunda mitad del siglo
XVI de la guerra entre católicos (Liga de Guisa) y protestantes (hugonotes).
Felipe II apoyó a la Liga de Guisa para luchar contra el protestantismo, pero
también para debilitar a Francia y controlarla. La Paz de Vervins de 1598 acabó con esta guerra y devolvió la
estabilidad a Francia.
Política interior en tiempos de
Felipe II
Por lo que respecta a la Península Ibérica ésta no
estuvo exenta de conflictos:
-
En 1566 se
produjo la Rebelión de los moriscos de
las Alpujarras (Granada). Los moriscos eran cristianos sólo de nombre, pues
en realidad practicaban la religión y cultura islámicas. Felipe II les acusó de
ser posibles colaboradores de la expansión turca por el Mediterráneo, aunque la
verdadera razón del conflicto era la necesidad de establecer una auténtica
uniformidad religiosa en el Reino. Los moriscos se rebelaron ante el acoso de
las autoridades y fueron sometidos por Don Juan de Austria, expulsados y
dispersados por el resto de España.
-
Entre 1580 y
1581 se produjo la incorporación de Portugal
a la Corona de Felipe II. Éste reclamó el Reino por la herencia de su madre
Isabel de Portugal, con el apoyo de la Alta Nobleza Portuguesa. Portugal
mantuvo sus leyes e instituciones. Su incorporación a la corona de Felipe II
supuso la unidad política de toda la Península, además añadió su propio imperio
colonial (Brasil, Indonesia, Molucas, etc.) al español.
-
Felipe II
llevó el autoritarismo monárquico a sus extremos, es decir, que practicó una
política absolutista. Esto supuso algunos conflictos con la Corona de Aragónde tradición pactista.
La excusa del conflicto fue el caso de Antonio
Pérez. Éste era el secretario aragonés de Felipe II que fue acusado por
éste de corrupción y venta de secretos. Antonio Pérez huyó a Aragón y se colocó
bajo la protección de sus fueros y del Justicia
de Aragón (1591). Entonces Felipe II recurrió a la Inquisición tras
acusarle de herejía. Esta maniobra fue juzgada como un atentado a los fueros y
derechos de Aragón y provocó una rebelión que el rey tuvo que reprimir por la
fuerza (ejecución de Lanuza, Justicia de Aragón).
II.3. El modelo
político de los Austria.
Los Austrias, y especialmente Felipe II, llevaron
hasta sus últimas consecuencias el modelo político de los Reyes Católicos, es
decir, la Monarquía Autoritaria. Incluso en época de Felipe II se puede hablar
de una tendencia al Absolutismo
Monárquico, es decir, el poder total del rey sobre cualquier otra
institución de sus reinos. Mientras que Carlos V mantuvo una corte itinerante
entre sus reinos, Felipe II se afincó en el Escorial y desde allí gobernó sus
estados. Para gobernar este gran imperio tuvieron que desarrollar una compleja
administración que llamamos Sistema
Polisinodial. Este consistía en una extensión del sistema de consejos
especializados. Estos se fueron creando a medida que fueron necesarios:
•Consejo de
Estado: dirigía la política exterior.
•Consejos
Territoriales: consejos de Castilla, Aragón, Portugal, Italia, Flandes.
•Consejos Técnicos:
Inquisición, Ordenes Militares, Hacienda, etc.
Uno de los Consejos que adquirió más importancia en el
siglo XVI fue el de Hacienda, debido
al espectacular crecimiento de los impuestos y los gastos del estado.
Aunque los consejos seguían gestionados por juristas,
los secretarios que despachaban directamente con el rey adquirieron una gran
importancia. Los virreyes,
institución de la Corona de Aragón que gobernaba en nombre del rey, se
extendieron por todos los reinos alejados de Castilla (Italia, Flandes y
especialmente, por América).
Las Audiencias
siguieron siendo los organismos más importantes para el ejercicio de la
justicia. Desde la época de los Reyes Católicos se habían establecido las dos
Reales Chancillerías de Valladolid y Granada además de las de la Corona de
Aragón. Asimismo aumentó el número de audiencias fijas, y éstas se extendieron
a América.
Cada vez se convocó menos a las cortes. A las de Castilla, sólo para la cuestión de los impuestos.
Las Cortes de Aragón se reunieron aún menos veces. Esta práctica se relaciona
con la tendencia al absolutismo monárquico pero terminó creando una tensión
creciente de Felipe II con los territorios de la Corona de Aragón.
La intervención del poder monárquico en los municipios
creció en el siglo XVI (se extendió la figura del corregidor), y aumentó el apoyo a las oligarquías municipales
mediante la insaculación (regulación
de la elección de los cargos municipales).
Economía, sociedad y cultura en la
España del siglo XVI. La Inquisición.
La población española creció en el siglo XVI, en
conexión con la fase de expansiva europea.
La Corona no llevó a cabo inversiones productivas sino
que sus gastos eran suntuarios y bélicos.
El oro y la plata americanos terminaban en manos de banqueros extranjeros de
manera que el capital en España siguió siendo escaso. La mentalidad española
era rentista y poco inclinada a hacer
inversiones. La política de la corona fomentó el desvío de capital hacia el préstamo con interés (juros).
Los Austrias continuaron defendiendo los intereses de
la nobleza y de la iglesia. La cúspide de la alta nobleza la formaba un
reducido grupo: los Grandes de España.
Uno de los fenómenos más genuinos de la España del siglo XVI era la
instauración de los Estatutos de
Limpieza de Sangre. Éstos demostraban que se era cristiano viejo (es decir, sin antepasados judíos o musulmanes),
requisito fundamental para ocupar puestos en la administración o el ejército,
emigrar a América, etc.
Además los cristianos nuevos siempre eran sospechosos
ante la Inquisición. En el siglo
XVI, la Inquisición fundada por los Reyes Católicos adquirió cada vez más poder
e importancia como instrumento de uniformidad
religiosa y de poder absoluto por
parte de la Corona. En un principio persiguió a falsos conversos o moriscos,
pero desde mediados del siglo XVI se convirtió en un instrumento de la Contrarreforma y persiguió las escasas
células de protestantes españoles (Valladolid). Además, en el reinado de Felipe
II vigilaba la entrada de propaganda protestante mediante la censura y el Índice de Libros Prohibidos. A los
estudiantes españoles se les prohibió estudiar en Europa.
La Inquisición y
la cuestión de la Limpieza de Sangre se
convirtieron en un cáncer de la sociedad española, de hecho separada en castas
y sometida al miedo a ser denunciado de judaizante, protestante, etc.
El siglo XVI es la primera etapa del Siglo de Oro, el
momento de mayor auge cultural de España: el Renacimiento Español. Durante la época de Carlos V tuvo mucha
importancia el Erasmismo (Luis
Vives, etc.).Sin embargo, la fundación de la Compañía de Jesús, y el Concilio
de Trento frenaron cualquier tipo de reforma religiosa durante el reinado
de Felipe II.
Entre los logros culturales más importantes de este
siglo hay que citar a Francisco de
Vitoria, fundador del Derecho Internacional o en literatura obras tan
importantes como el Lazarillo de Tormes,
el Misticismo de San Juan de la Cruz y
Santa Teresa de Jesús o la obra de Fray Luis de León. En arquitectura hay
que citar el Plateresco, el Herreriano, en escultura Alonso de Berruguete y en pintura El Greco.
II.4. América en
los siglos XVI y XVII
Tras los primeros descubrimientos, la actividad de los
exploradores continuó adelante, así, en Núñez
de Balboa cruzó el Estrecho de Panamá y descubrió el Océano Pacífico. Por
su parte, Magallanes y Elcano
recorrieron América del sur, cruzaron el Estrecho de Magallanes y Elcano
culminó la primera vuelta al mundo (1519-1522). Sin embargo, este viaje
demostró la inviabilidad del comercio con Asia por la ruta del oeste. La
Conquista de Méjico fue iniciada por
Hernán Cortés en 1519. En este caso,
los españoles tuvieron que enfrentarse al Imperio Azteca, una importante
cultura que dominaba todo el Méjico Actual. Cortés se enfrentó al rey Moctezuma, y gracias a la alianza con
otras ciudades hasta entonces sometidas por los aztecas, ocupó
Méjico-Tenochticlán. Entre 1531-1533 Pizarro
y Almagro conquistaron el Imperio
Inca, que se extendía por el Altiplano Andino, desde Ecuador hasta Chile. En
este caso, la conquista española se vio favorecida por la guerra civil entre el
emperador inca, Atahualpa, y su
hermano Huáscar. Sin embargo, tras
la conquista los propios conquistadores españoles se enfrentaron entre sí y
murieron asesinados.
Méjico y Perú fueron las bases en América, pero tras
su conquista, las exploraciones continuaron, más allá. Orellana recorrió el
Amazonas, Valdivia ocupó Chile, Hernando de Soto, el Missisipi; Juan de Garay, Buenos Aires;
Legazpi y Urdaneta, Filipinas, etc.
La colonización americana. La
explotación del indígena
Tras la conquista se produjo la colonización. La
emigración de los españoles a América estuvo rigurosamente vigilada por la Casa de Contratación (no se permitía
emigrar a los conversos o a los súbditos de la Corona de Aragón). De este modo,
la emigración a América no pudo ser muy numerosa. Lógicamente, los colonos
españoles terminaron mezclándose con la población indígena y los esclavos
africanos, de manera que se produjo un intenso mestizaje.
En general, la nueva sociedad colonial reprodujo los
modelos de poblamiento indígenas, sin embargo, los españoles fundaron nuevas
ciudades, especialmente en los puertos (Veracruz, Cartagena de Indias, El
Callao, etc.) Las consecuencias de la conquista fueron nefastas para los
indígenas. Aparte de las muertes directas durante la conquista, las
enfermedades introducidas por los españoles provocaron un auténtico genocidio en ciertas zonas de América
(por ejemplo, en el Caribe). Además se extendió entre los indígenas un espíritu
pesimista de derrota y desgana vital por la desaparición de sus formas de vida
tradicionales. Sólo en algunas zonas permaneció viva la cultura indígena
(aimaras y quechuas en el Alto Perú, Bolivia, mayas en el Yucatán, etc.)
Los españoles pronto empezaron a explotar la
agricultura en las nuevas tierras, pero lo que más les interesaba eran las
riquezas mineras, el oro y la plata.
La plata era especialmente abundante, sobre todo en las minas de Zacatecas (Méjico) y de Potosí (Perú).
El gran problema para la explotación de estas riquezas
era la falta de mano de obra. Desde
el principio de la conquista, los indios fueron considerados súbditos del rey
de España, y, por tanto, no podían ser esclavizados sin justificación. Esto se
intentó solventar trayendo esclavos
de África, pero además se desarrollaron diferentes sistemas de explotación de los indios.
• El Requerimiento
fue la primera forma de esclavización, consistía en “requerir” a los indios a
convertirse al cristianismo, y en caso contrario esclavizarlos. Dio lugar
múltiples abusos.
• La Encomienda
era una institución de origen hispánico que se aplicó en América. Consistía en
que a un español se le otorgaba un grupo de trabajadores indios siempre que se
comprometiera a cristianizarlos y tratarlos con justicia.
• La Mita era
una institución de origen Inca que consistía en un sistema de trabajo por
turnos por parte de las comunidades indígenas. Los españoles lo aplicaron en el
Alto Perú para la explotación de las minas. Fue una institución especialmente
odiada por los indígenas por tratarse de una explotación inhumana.
Los abusos provocados por estos sistemas provocaron
una polémica ideológica entre los
clérigos españoles. El primero que denunció estos abusos fue Fray Bartolomé de las Casas en su Breve
Historia de la Destrucción de las Indias. Las protestas de las Casas provocaron
la reacción de la Corona que reguló la encomienda en las Leyes de Burgos de
1514. El mismo, Las Casas debatió con Juan Ginés de Sepúlveda sobre los
derechos de los indios, y la su lucha tuvo como fruto las Leyes Nuevas de 1542 que prohibían los abusos de los encomenderos.
Sin embargo, la lejanía de América impidió que estas leyes se aplicaran de una
forma efectiva
Para el gobierno de América, los españoles adaptaron
las instituciones existentes en España a las nuevas necesidades. En un principio,
los reyes tuvieron que firmar capitulaciones
que daban muchas atribuciones a los descubridores y conquistadores (Colón,
Pizarro), pero tras la conquista, recuperaron trabajosamente la autoridad real
sobre los propios conquistadores.
La administración y gobierno de América se llevó a
cabo con instituciones presentes en la Península y en la propia América.
Entre las instituciones ubicadas en España hay que
destacar:
• La Casa de
Contratación (en Sevilla desde 1503 y en Cádiz desde 1690), regentaba el
monopolio de comercio, la emigración a las colonias y organizaba el sistema de
flotas.
• El Consejo de
Indias también radicaba en Sevilla y era un consejo especializado formado
por juristas. Era la principal instancia jurídica y legal de América por debajo
del rey (redactó las Leyes Nuevas de 1542).
Y entre las situadas en las colonias:
• Los virreyes
eran el alter ego del rey en las colonias y, por tanto, tenían una importante
autonomía y poder dada la lejanía de sus territorios. Esta institución tenía
suorigen en la Corona de Aragón y en principio se formaron dos virreinatos:
Nueva España (Méjico) y Perú.
• Las Gobernaciones
eran las circunscripciones administrativas en que se dividían los virreinatos
y su número fue aumentando. En las fronteras o lugares poco pacificados se
situaban las Capitanías Generales con carácter militar.
• Como en España existían los corregidores como
agentes reales en los municipios. Sin embargo, en América los corregimientos eran menos pero más
grandes que en la Península.
• Las Audiencias tenían como en España
funciones de tribunales de justicia superior, sin embargo, también actuaban
como organismos de gobierno. Su número llegó a diez en el siglo XVI y los
actuales países de Latinoamérica se han formado grosso modo a partir de ellas.
El impacto de América en España.
Es difícil entender el verdadero alcance de la
colonización americana en España. En los siglos XVI y XVII América fue una
especie de continuación de la Reconquista Medieval y parte de la población
española emigró hacia las colonias llevando su economía y cultura. No ocurrió,
sin embargo, al revés. Es cierto que algunas especies llegaron de América
(maíz, patata), pero su cultivo no se generalizó hasta los siglos XVIII-XIX. En
un principio, las aportaciones más importantes de América se produjeron en
forma de metales preciosos: oro y sobre todo plata.
La producción de plata creció enormemente a partir de
1550 cuando se pusieron en explotación las ricas minas de Potosí. La plata se
llevaba desde el Alto Perú y Méjico hacia los puertos del Caribe (Portobello,
Cartagena de Indias…), desde allí se llevaba a Cuba donde se formaba la Flota
de la Plata (había dos grandes flotas al año). El sistema de flotas permitía
defenderse de los ataques de piratas holandeses, franceses y británicos,
asimismo era el mejor modo de mantener el monopolio sevillano vía inspección.
Estas aportaciones de metales preciosos llamados Caudales de Indias fueron una
importante fuente de ingresos para la Hacienda Real. Estas riquezas fueron muy
mal empleadas, en gastos suntuarios y, sobre todo en la costosa política
imperial en Europa y no fueron adecuadamente invertidas para generar riqueza en
España.
Además, según los monetaristas, la llegada de grandes
cantidades de plata fue uno de las principales causas de la Revolución de los
precios en Europa, pero sobre todo en España. Los precios crecieron a un ritmo
acelerado en el siglo XVI. España fue la más perjudicada por la inflación, pues
sus precios crecían más rápido que los del resto de Europa. Esto perjudicó a la
economía española y, especialmente a las actividades artesanales que resultaban
poco competitivas frente al exterior.
Los Caudales de Indias parecen decrecer en el siglo
XVII, esto no se debió a un descenso importante de la producción, sino a un
aumento del contrabando y la piratería. Holandeses y británicos aprovecharon la
debilidad española durante el período de los Austrias Menores y se aprovecharon
directamente de las riquezas americanas. España tuvo que volver a “conquistar
América” con los Borbones en el siglo XVIII.
III. LA ESPAÑA DEL SIGLO XVII
Los Austrias del siglo XVII, conocidos como los Austrias Menores, (Felipe III, Felipe
IV, Carlos II) han sido considerados tradicionalmente como reyes débiles que dejaron el gobierno del estado a validos como el Duque de Lerma u
Olivares. A veces se ha considerado que esta debilidad era responsable de la decadencia española del siglo XVII:
decadencia demográfica, económica y política y del propio final del Imperio
Español en Europa. Evidentemente los factores de la crisis son mucho más
complejos. En este siglo asistimos al ocaso
del Imperio Español en Europa
III.1. Felipe III (1598-1621)
Su valido o privado el Duque de Lerma mantuvo una política exterior pacifista. Esto se
debió a la mejora de las circunstancias internacionales, pero también al
agotamiento de la hacienda española (bancarrota de 1607).
• La Paz de
Vervins de 1598 puso fin a las Guerras de Religión en Francia y a la
intervención de España en ellas.
• La Paz con
Inglaterra (1604) se vio favorecida por la muerte de Isabel I y la
instauración de la Dinastía de los Estuardo (más tolerante con el Catolicismo).
• El aspecto fundamental de este pacifismo fue la Tregua de los Doce Años con Holanda
(1609-1621). Sin embargo este período de paz fue desaprovechado para sanear la
hacienda, pues los gastos suntuarios de la corte sustituyeron a los gastos
militares.
III.2. Felipe IV (1621-1665).
Su valido el Conde-Duque
de Olivares se ve arrastrado a una serie de conflictos en los que España se
juega su hegemonía en europea y la pierde en manos de Francia.
La Guerra de los
Treinta Años (1618-1648) estalló
en Alemania como un conflicto político-religioso entre los protestantes del
Norte y los católicos del sur liderados por los Habsburgo austríacos. España se
vio pronto mezclada en este conflicto como principal defensora del Catolicismo
y por la cercanía de los Países Bajos a la guerra. Por consiguiente, terminó la
Tregua de los Doce Años y se reanudó la Guerra de Flandes en 1621, (toma de
Breda, 1625). En 1634, los españoles tuvieron que ayudar a sus aliados
austríacos y vencer a los protestantes suecos en la Batalla de Nordlingen (1634).
En 1635 estalló la guerra contra Francia que, aunque católica, apoyó al bando
protestante. El enfrentamiento contra tantos enemigos (y los conflictos
internos de 1640) llevó a España al agotamiento, de tal modo que empezó a
cosechar derrotas (Batalla de Las Dunas,
Batalla de Rocroi, 1643).
En el Tratado
de Westfalia (1648) termina la Guerra de los Treinta Años y los
protestantes salen victoriosos. España se ve obligada a reconocer la independencia de las Provincias Unidas de
Holanda. En la Paz de los Pirineos
(1659) concluye la guerra contra Francia. España pierde la hegemonía europea en
favor de Francia, además pierde Rosellón-Cerdaña, Artois y varias plazas de
Flandes. La hija de Felipe IV se casa con Luis XIV (lo que preparará la llegada
de los Borbones a España en el siglo XVIII).
III.3. Carlos II (1665-1700)
En este período, una España en decadencia debe
mantenerse a la defensiva frente a las continuas agresiones de Luis XIV sobre
sus territorios: Paces de Aquisgrán (1668)
y Nimega (1678), España debe
entregar a Francia el Franco Condado y varias plazas de Flandes.
Finalmente, la intervención francesa en España se
recrudecerá con el problema sucesorio
a la muerte de Carlos II. Éste muere en 1700 sin descendencia y en su
testamento lega todos sus reinos a Felipe
de Anjou, nieto de Luis XIV, con la condición de que éstos permanezcan
unidos bajo una misma corona.
III.4. Gobierno de validos y conflictos internos. La
crisis de 1640.
El Valimiento o
Privanza es el nombre que recibe el estilo de gobierno que llevaron a cabo
los Austrias Menores, pues éstos abandonaron las principales tareas de gobierno
en manos de Privados o Validos, personajes favoritos y con gran influencia ante
el rey que gobernaban de hecho en su nombre. Sin embargo, estos validos no
fueron todos iguales ni tuvieron la misma influencia.
El Duque de
Lerma dominó la situación durante el reinado de Felipe III (1598-1621).
Este valido mantuvo su posición gracias a los gastos suntuarios y festejos
ofrecidos al rey, y utilizó el valimiento para su enriquecimiento personal.
Aparte de su política
exterior pacifista el hecho más importante de su gobierno fue la expulsión de los moriscos (1609-1614).
Las razones de esta expulsión son complejas. La Corona y el pueblo miraban a
los moriscos con reticencia pues no se comportaban como auténticos cristianos.
Las consecuencias demográficas de esta expulsión fueron nefastas (una pérdida
de 300.000 personas), y fueron especialmente graves en Valencia y Aragón, donde
los moriscos mantenían una fértil agricultura.
El Conde-Duque
de Olivares (1621-1642) fue un valido muy distinto al Duque de Lerma. Muy
influido por los arbitristas intentó
realizar reformas económico-políticas que
fortalecieran a la monarquía. Sin embargo, su
carácter autoritario y las guerras que tuvo que afrontar impidieron que se
llevaran a cabo.
Las Reformas más importantes de Olivares tenían como
objetivo fortalecer política y económicamente la monarquía de los Austrias.
Este fortalecimiento se basaría en una tendencia a uniformizar las leyes e instituciones de los diferentes reinos
hispánicos (Memorial Secreto al Rey de
1624):
•Creación de un Banco Estatal llamado Red de Erarios: consistía en un banco
que recogería capitales privados y serviría para que el rey obtuviera
préstamos. Esto le liberaría de los prestamistas extranjeros e impediría la
salida de metales preciosos. Sin embargo, fracasó pues se obligaba a los
privilegiados a aportar parte del capital fundacional. La oposición de las
Cortes fue frontal pero aceptaron votar un nuevo servicio de millones a cambio.
•Unificación
Jurídica e Institucional: Olivares propuso que todos los reinos de Felipe
IV deberían abandonar sus fueros e instituciones propias y aceptar las de
Castilla. Sin embargo, el medio para conseguir esto era muy peligroso, pues
consistía en presionar a estos reinos con el ejército para que éstos se
sublevaran contra el rey y éste, tras aplastar la rebelión los castigase
arrebatándoles sus fueros. Este proyecto se hizo realidad en Cataluña (1640),
pero con un resultado distinto al esperado.
•La Unión de
Armas fue el proyecto más ambicioso. Consistía en crear un enorme ejército
permanente (140.000 hombres) dividido en siete cuerpos y que debería ser
mantenido por las aportaciones fiscales de todos los reinos de la monarquía y
no sólo por Castilla. Con ello se conseguiría una fuerza militar para mantener
la hegemonía militar en Europa y además reforzaría los lazos de solidaridad
entre los reinos de la monarquía. El plan fracasó por la oposición de las
Cortes de Aragón, Valencia y, sobre todo, de Cataluña.
La Crisis de 1640: En 1640 se conjugaron una serie de factores
que provocaron la caída de Olivares (1643) y pusieron en peligro al propio
Imperio de Felipe IV. Por un lado, las reformas de Olivares se habían ganado
muchos enemigos tanto entre los grupos privilegiados de Castilla como en los
otros reinos de la Monarquía. Por otro, las incesantes guerras exteriores
estaban agotando los recursos de Castilla, empobreciendo a los no
privilegiados.
La Rebelión de
Cataluña (1640-1652) fue la consecuencia lógica de esto. En 1640 Cataluña
estaba en plena línea del frente en la guerra contra Francia. El ejército
español (mayoritariamente castellano) ocupaba Cataluña y la propia población
catalana sufría los abusos de éste. Olivares insistía en que Cataluña debía
contribuir a pagar ese ejército que la defendía de Francia. Esta tensión derivó
en la rebelión de los segadores que asesinaron al Virrey Santa Coloma (Corpus
de Sangre de1640). Cataluña se rebeló contra Felipe IV y entregó el principado
al rey de Francia. Felipe IV convirtió la recuperación de Cataluña en el
objetivo fundamental de su política y lo consiguió tras un acuerdo en 1652
(Felipe IV se comprometía a respetar los fueros catalanes).
Rebelión e
Independencia de Portugal (1640-1668): Portugal estaba siendo perjudicada por su pertenencia a
Felipe IV, pues los holandeses aprovecharon su guerra contra este rey para
capturar el Imperio Colonial Portugués (Indonesia, El Cabo, Bahía, Curaçao).
España era incapaz de defender estos territorios, de este modo en 1640 el Duque de Braganza, al frente de la
nobleza portuguesa se proclamó rey Juan IV y apoyado por Francia e Inglaterra
se rebeló contra España. Esta tuvo que reconocer la independencia portuguesa en
1668.
Tanto durante la Regencia
de Mariana de Austria como el reinado de Carlos II no hubo un valido claro, sino que éstos se sucedieron en
un contexto de intensa inestabilidad política: el Padre Nithard, Don Juan José
de Austria, Valenzuela, etc. Todo ello redundó en un debilitamiento del poder
real y un reforzamiento del poder de la Alta Nobleza.
III.5. Evolución económica, social y cultural en el
siglo XVII.
En el siglo XVII toda Europa vivió una intensa
decadencia demográfica y económica, pero dicha decadencia fue mucho más grave
en España.
- La Crisis
demográfica supuso un descenso de la
población española. Esto fue debido a la persistencia de la peste (Peste Atlántica de 1597-1602;
1647-52; 1676-85), la expulsión de los
moriscos, las dificultades económicas y las guerras constantes.
- La Crisis
económica fue generalizada tanto en la agricultura como en la artesanía por
el descenso demográfico, la mala política fiscal y la competencia de la
artesanía del norte de Europa. Además, el contrabando inglés, holandés y
francés hundió el monopolio comercial con América.
- La Crisis
fiscal se hizo aún más grave que en el siglo XVI, especialmente tras la
reanudación de la guerra durante el reinado de Felipe IV (1621). Los
exorbitantes gastos bélicos y el hecho de que cesaran los Caudales de Indias
llevaron a la Corona a constantes bancarrotas. Las reformas hacendísticas de
Olivares (Red de Erarios, Unión de Armas) intentaron paliar esta situación,
pero al ser rechazadas se tuvo que recurrir a soluciones económicamente
nefastas: venta de títulos y cargos públicos, aumento de los impuestos
indirectos (servicio de millones, impuestos sobre la sal) y la peor de todas: las
alteraciones y manipulaciones monetarias
(acuñación de moneda de vellón, adulteración de la cantidad de metales
preciosos, etc.). Las manipulaciones monetarias provocaron una inflación
galopante y un desbarajuste monetario.
A pesar de que tradicionalmente se ha considerado que
la crisis se superó gracias a las medidas reformistas de los Borbones, en
realidad se comenzó a remontar a fines del siglo XVII, a partir de 1680. La
recuperación fue mucho más temprana en la periferia que en el centro, de modo que
el peso demográfico y económico reforzó a las zonas litorales mientras el
interior se debilitaba. Así hay que mencionar la temprana recuperación de
Cataluña que, a partir de 1700 se convierte en una de las regiones más
prósperas de España.
La sociedad española del siglo XVII sufrió un
retroceso en un sentido conservador. Así mientras la burguesía iba
desarrollándose en los países del Norte de Europa, en España aumentó
numéricamente la nobleza y el clero. La nobleza recuperó parte de su influencia
política y en general, toda la sociedad se vio influida por los caducos ideales
nobiliarios (honra, apariencia de grandeza, desprecio al trabajo). Se habla de
una “Traición de la burguesía”, la
débil burguesía española hace suyos algunos ideales nobiliarios, se hace
rentista y abandona cualquier riesgo empresarial.
El campesinado es el gran perjudicado del siglo XVII,
sometido a la crisis económica y a la fortísima presión fiscal sufre un proceso
de empobrecimiento y en parte se ve abocado al bandolerismo.
Como reacción a la mala situación económica del país,
surgió en el siglo XVII una corriente reformista denominada Arbitrismo. Los arbitristas como Fernández Navarrete o Caxa de Leruela defendían
que el gobierno reformara la hacienda o diera un mejor uso de los metales
preciosos de América para mejorar la capacidad productiva de España. El
Arbitrismo influyó mucho en las reformas de Olivares e incluso en literatos
como Quevedo.
Contrastando con la decadencia económica y política,
el siglo XVII es un período de auge cultural y artístico en España: la segunda
parte del Siglo de Oro, la España
del Barroco. Una de las manifestaciones más importantes del Siglo de Oro fue la
Literatura. En España brilló la narrativa (El
Quijote de Cervantes) y dentro de ésta la novela picaresca (El Guzmán de Alfarache de Mateo Alemán,
El Buscón de Quevedo), también el teatro
(Lope de Vega, Calderón de la Barca,
Tirso de Molina) y la poesía (Quevedo,
Góngora). En las artes plásticas
hay que destacar la imaginería barroca, expresión genuina de la
Contrarreforma Católica, pero sobre todo la pintura de Velázquez, Ribera, Zurbarán, Murillo,
etc.
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