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BLOQUE 2. La Edad Media: Tres culturas y un mapa político en constante cambio (711-1474)

PRESENTACIÓN BLOQUE 2 
Esta presentación se actualizó el 17-10-2018 a las 20:58
"El Islam y la resistencia cristiana"
"La disgregación del Islam andalusí y el avance cristiano"
"La península de los cinco reinos"
"La época de las tragedias (1348-1485)" 

APUNTES DEL BLOQUE

I. LA PENÍNSULA IBERICA EN LA EDAD MEDIA: LOS REINOS CRISTIANOS: AL ÁNDALUS
I.1. Evolución Política: la Conquista, el Emirato y el Califato de Córdoba (siglos VIII-X)
I.2. La crisis del siglo XI: Reinos de Taifas e Imperios Norteafricanos
I.3. La organización económica y social
II. LA PENÍNSULA IBERICA EN LA EDAD MEDIA: LOS REINOS CRISTIANOS
II.1. Los primeros núcleos de resistencia. El nacimiento de León y de Castilla
II.2. Principales etapas de la Reconquista.
II.3. Modelos de repoblación y organización social. La Mesta.
II.4. La España de las Tres Culturas.
II.5. La Baja Edad Media. La crisis de los siglos XIV y XV

I. LA PENÍNSULA IBERICA EN LA EDAD MEDIA: LOS REINOS CRISTIANOS: AL ÁNDALUS
Al Ándalus es el nombre que los musulmanes daban a los territorios de la Península Ibérica que ellos mismos dominaron políticamente entre 711 y 1492 y que fueron mermando paulatinamente a medida que avanzó la Reconquista cristiana.
Durante la Alta Edad Media el Emirato y después Califato de Córdoba se convirtió en uno de los estados más ricos y poderosos del occidente de Europa, sin embargo el significado de Al Andalus es más profundo. Así podemos considerar a Al Andalus como un doble puente cultural.
•Un puente que conectó la Edad Media con laAntigüedad Clásica: la economía agraria y el mundo urbano romano, la filosofía aristotélica, etc.
•Un puente que relacionó oriente y occidente y que conectó a Europa económica y culturalmente con el Próximo Oriente (seda, matemáticas).  
I.1.Evolución Política: la Conquista, el Emirato y el Califato de Córdoba (siglos VIII-X)
Entre los siglos VIII-X, los musulmanes de Al Andalus mantuvieron una situación de predominio político sobre la Península Ibérica. Así dominaban directamente la actual Andalucía, la Submeseta Sur, Levante, el Valle del Ebro y las Baleares, pero además, los reinos cristianos del Norte debían pagar tributos a Córdoba como señal del dominio político andalusí.  Asimismo, y a pesar de su diversidad étnica (árabes, sirios, bereberes, muladíes) y continuas rivalidades entre los propios musulmanes, Al Andalus mantuvo en este período una situación de unidad política.
La Conquista (711-714)
La Conquista de la Península Ibérica por los musulmanes fue un proceso rápido y aparentemente sencillo. Los factores que propiciaron esto fueron.
•La crisis interna de la Monarquía Visigoda: en 711 los visigodos se encontraban en plena guerra civil en el Rey Rodrigo y los witizianos. Precisamente éstos últimos pidieron ayuda a los musulmanes a través del Conde Don Julián para que pasaran el Estrecho y les ayudaran en la guerra.
•El desinterés de buena parte de la población hispana por el mantenimiento de un sistema de explotación agraria muy duro protagonizado por la nobleza visigoda.
•La colaboración abierta de parte de la población hispana con los musulmanes: witizianos, judíos. 
•La actitud tolerante de los musulmanes hacia los pueblos conquistados, especialmente hacia las “gentes del libro” (cristianos y judíos). 
En 711 Musa ibnNusayr, gobernador de Ifriquiya (Actual Magreb), envió a su liberto Tarikcon un ejército para cruzar el Estrecho de Gibraltar. Este ejército se enfrentó a los visigodos dirigidos por el Rey Don Rodrigo y les venció en la Batalla del Guadalete (711). Al año siguiente, 712, el propio Musa cruzó a la Península con refuerzos. Entre 712-714 los musulmanes dominaron toda la Península. Una parte importante de las conquistas se debió a las capitulaciones o rendiciones pactadas. En éstas los musulmanes concedían amplios privilegios a los vencidos, pues éstos conservaban sus tierras y podían seguir practicando su religión a cambio de pagar un impuesto (ejemplo: capitulación de Teodomiro o Tudmir en Murcia). 
El Emirato Dependiente de Damasco (714-756). 
Durante este período, Al Andalus es una provincia dependiente del Califato Omeya de Damasco y gobernado por un valí o emir. A pesar de que va a intentar mantener la expansión militar ésta se va a ver frenada por:
•La Batalla de Covadonga (722), enfrentamiento poco importante en el que se funda el Reino de Asturias y que muestra el poco interés de los musulmanes por la Cornisa Cantábrica, considerada demasiado primitiva y pobre por ellos.
•La Batalla de Poitiers (732), en la que el ejército musulmán es derrotado por los francos y que pone fin a la expansión musulmana por el Occidente Europeo
•La Rebelión de los bereberes (741) en la que las guarniciones de bereberes instalados en las zonas más pobres de la Meseta Norte abandona éstas y se levanta contra el gobierno del emir. Es la expresión de losconflictos internos entre las diferentes etnias musulmanas que generarán una continua inestabilidad política en Al Ándalus. El abandono de estas guarniciones favorecerá la expansión asturiana por la Meseta Norte (campañas de Alfonso I de Asturias)
El Emirato Independiente de Córdoba (756-929)
Durante este período Al Andalus se independiza políticamente del Califato de Bagdad y es gobernado por la familia de los Omeyas. Sin embargo, continúa su dependencia religiosa de dicho Califato. Se trata de un período de consolidación y reorganización política interna dentro del Emirato de Córdoba, especialmente durante los emiratos de Abd- al-Rahmán I y Abd- al-Rahman II. Sin embargo, durante la segunda mitad del siglo IX y principios del siglo X, el Emirato vive fuertes tensiones políticas internas, debido a los conflictos entre musulmanes y con los mozárabes (cristianos de Al Ándalus).
El Califato de Córdoba (929-1031)
En 929 Abd–al-Rahman III, emir de Córdoba, se convierte en Califa, es decir, se hace religiosamente independiente del Califato de Bagdad. Se trata del período álgido de Al Ándalus como potencia política y económica del Mediterráneo Occidental. 
Durante el Califato de Al-Hakam II Córdoba se convierte, además en el centro cultural más importante de Europa Occidental. Durante el Califato se culmina la Gran Mezquita de Córdoba y se construye el Palacio de Medina Azahara. Los Califas posteriores son más débiles y el Primer Visir Almanzor (972-1002) domina políticamente el Califato con una dictadura militar. Este giro militarista se manifiesta en una serie de campañas de castigo ejercidas por Almanzor contra los núcleos cristianos del norte (Santiago de Compostela, Barcelona, etc.). Muerto Almanzor, el Califato entró en un proceso de decadencia y disgregación política en los Reinos de Taifas (1002-1031).
I.2. La crisis del siglo XI: Reinos de Taifas e Imperios Norteafricanos
A partir del siglo XI la situación política da un giro decisivo. Al Ándalus experimenta una continua debilidad y disgregación política lo cual le convierte en presa de los reinos cristianos del norte que les exigen parias (impuestos) y se expanden a su costa. La supervivencia de Al Ándalus depende así de las invasiones de los Imperios Bereberes Norteafricanos (Almorávides y Almohades). Estos unifican momentáneamente Al Ándalus pero  a cambio acaban con el carácter tolerante del Califato.

Los Reinos de Taifas(1031-1090): 
La desaparición del último califa Hisham III precipitó la división de Al Ándalus en múltiples reinos de Taifas (expresión máxima de la tendencia disgregadora de los musulmanes). Sin embargo, a lo largo del siglo XI unas taifas se anexionaron otras, formándose reinos algo mayores (Sevilla, Toledo, Zaragoza, Valencia). Estas taifas mantuvieron un alto nivel de riqueza económica y auge cultural y artístico (por ejemplo, el Palacio de la Aljafería de Zaragoza), sin embargo estuvieron sometidos al pago de parias a los cristianos a cambio de protección, e incluso a fines del siglo XI cayeron ante ellos (Alfonso VI conquistó Toledo en 1085 y el Cid Valencia en 1089). 
La Unificación Almorávide (1090-1145): 
La conquista de Toledo por Alfonso VI en 1085 propició la llegada del emir almorávide Yusuf ibn Tasfin desde el norte de África a llamado de los reinos de Taifas. Los almorávides frenaron la expansión cristiana en la batalla de Sagrajas (1086) y volvieron a unificar Al Ándalus. Sin embargo, la dominación almorávide no duró mucho pues fueron incapaces de recuperar Toledo o Zaragoza (conquistada por Alfonso el Batallador en 1118), además la intolerancia e intransigencia  de los almorávides les hicieron muy impopulares entre los propios musulmanes andalusíes. El Imperio Almorávide cayó en 1145 desintegrándose nuevamente Al Ándalus en las segundas taifas.
La Unificación Almohade (1146-1232): 
Otro imperio norteafricano, los almohades, unificaron nuevamente Al Ándalus hacia 1172 y situaron su capital en Sevilla (allí construyeron su mezquita de la que nos resta la Giralda). Los almohades mantuvieron esta situación de predominio militar sobre los cristianos hasta fines del siglo XII (Batalla de Alarcos, 1195), sin embargo fueron derrotados por una coalición de los reinos cristianos en la decisiva Batalla de las Navas de Tolosa (1212). Tras esta batalla, el Imperio Almohade se fue descomponiendo y las taifas andalusíes fueron cayendo en manos de los cristianos.
El Reino Nazarí de Granada (1237-1492) 
Uno de esos reyezuelos de Taifas, Muhammad I al Nasrí, señor de Arjona conquistó Granada en 1237. Inmediatamente se declaró vasallo de Castilla. Así se fundó el Reino Nazarí de Granada que subsistió hasta 1492 gracias a situarse sobre un territorio montañoso, al apoyo de los benimerines del Norte de África y a los problemas internos de Castilla durante los siglos XIV-XV. Su principal realización artística fue el Palacio de la Alhambra.
En 1492, los Reyes Católicos conquistaron el último reino musulmán de la Península, pero la presencia musulmana aún perduraría en el tiempo hasta la expulsión de los moriscos entre 1609-1614.
I.3. La organización económica y social
El Islam recuperó la economía urbana de la Antigüedad rompiendo con el proceso de ruralización iniciado en el Bajo Imperio Romano, así los musulmanes desarrollaron una importante agricultura de regadío para abastecer los nuevos centros urbanos. Asimismo introdujeron nuevos cultivos como el arroz, los cítricos, el algodón, la caña de azúcar, la granada, la zanahoria etc. 
Las ciudades (Córdoba, Sevilla, Toledo, Granada, Zaragoza) se convirtieron en centros artesanales y de comercio (la alhóndiga y el zoco eran lugares vinculados con el comercio), en ellas residían los grandes propietarios de tierras que demandaban productos artesanales de lujo. A este respecto hay que mencionar la artesanía andalusí: tejidos de seda, algodón, lino, cordobanes y guadamecíes, la cerámica vidriada, el papel, los libros, etc.
Al Ándalus se convirtió, especialmente en el siglo X con el Califato de Córdoba en la principal potencia comercial de Occidente, así exportaba los productos de lujo antes citados así como aceite. Las rutas de comercio más importantes eran:
Europa: de ella obtenía esclavos y armas
Norte de África: de ahí obtenía oro y esclavos
Bizancio y Oriente: seda, especias y otros productos de lujo.
Gracias al oro africano el Califato de Córdoba acuñó abundante moneda y mantuvo una activa circulación monetaria como en época romana.
La sociedad andalusí se clasificaba por cuestiones étnico-religiosas y económicas.
En esta sociedad andalusí hay que distinguir los musulmanes:
•La aristocracia árabe dividida entre sí por clanes: era una minoría pero detentaba la propiedad de las mejores tierras y los altos cargos del estado. A ellos se unieron los sirios tras 741.
•Los bereberesoriginarios del Norte de África, tuvieron que conformarse con las peores tierras y se dedicaban al pastoreo. Tuvieron muchos conflictos con los árabes.
•Los muladíes, o nuevos musulmanes de origen hispano, ocupaban un rango inferior entre los musulmanes. La conversión al Islam no era obligatoria pero era un modo de promoción social.
Las Gentes del Libro, no musulmanes eran toleradas y tenían sus propias leyes y organismos de gobierno. Sin embargo, tenían que pagar impuestos especiales.
•Los judíos tenían mucha consideración social y algunos pertenecían a la élite intelectual o científica.
•Los mozárabes o cristianos eran muy numerosos. Su número disminuyó durante el Emirato y Califato de Córdoba (conversión al Islam, emigración al norte)  y sus relaciones con los musulmanes se fueron deteriorando paulatinamente. De todos mantenían sus propias leyes, religión e incluso gobernantes.
II. LA PENÍNSULA IBERICA EN LA EDAD MEDIA: LOS REINOS CRISTIANOS
La historia de los Reinos Cristianos peninsulares en la Edad Media se puede  considerar como la otra cara de la Historia de Al Ándalus y como él, se puede dividir en dos etapas:
Primera Etapa (siglos VIII-X): Origen de los Núcleos de Resistencia, éstos primitivos núcleos cristianos viven a la sombra de Al Ándalus supeditados políticamente él y con una economía cerrada y estancada.
Segunda Etapa (siglos XI-XIII): Expansión de los Reinos Cristianos a costa de los territorios musulmanes, repoblación, expansión urbana y extensión del feudalismo.  
En dicha expansión a la que genéricamente denominamos Reconquista, se produce una convivencia entre cristianos, musulmanes y judíos que justifica que hablemos de la España de las Tres Culturas. Ésta se caracteriza por la  tolerancia religiosa y el auge cultural, pues el contacto entre estas culturas permitiría al Occidente Cristiano conocer la sabiduría de la Antigüedad Clásica a través del “puente” islámico.
II.1. Los primeros núcleos de resistencia. El nacimiento de León y de Castilla
Los primeros núcleos de resistencia cristianos contra la expansión islámica nacen independientemente unos de otros en el norte de España, entre pueblos atrasados y poco romanizados (astures, vascones, etc.). Estos territorios tenían poco interés para los musulmanes por su pobreza, ruralización y economía cerrada.
El núcleo más temprano e importante fue el Reino Astur-Leonés. Este dio lugar al Reino de León y al Condado de Castilla.
El Reino de Asturias tiene su origen en la Batalla de Covadonga (722) en el que Pelayo (noble de origen presuntamente visigodo y primer rey de Asturias), derrota a los musulmanes. Este reino quedaría mucho más definido por las Campañas de Alfonso I (739-757), que repuebla con mozárabes del Valle del Duero el Reino de Asturias.
Alfonso II (781-842) funda la nueva capital de Oviedo y durante su reinado se produce la consolidación y visigotización del Reino. Asturias se convierte en el heredero del  Antiguo Reino Visigótico y el hallazgo de la tumba de Santiago lo pone al frente de la lucha contra los musulmanes: los mitos de la Reconquista quedan establecidos.
Alfonso III (866-910) lleva la frontera hasta el Duero y traslada la capital a León, a partir de este momento hablamos del Reino de León.
Durante la segunda mitad del siglo X se produce la crisis interna del Reino de León, esto favorece la independencia de su frontera oriental: el Condado de Castilla. En éste actúa el conde Fernán González (927-970) como soberano prácticamente independiente.
En la zona oriental de la Península nacen los núcleos pirenaicos en el siglo IX.
El Reino de Pamplona surge en torno a los vascones en el siglo IX. Durante el siglo X está gobernado por la Dinastía Jimena que se expansiona por La Rioja y Aragón. A principios del siglo XI Sancho el Mayor (1000-1035) se convierte en el monarca hegemónico de los reinos cristianos al dominar los antiguos reinos de Pamplona, Condado de Aragón y  el Condado de Castilla.
El Condado de Aragón surge en el siglo IX en torno a Jaca pero en 970 entra en la órbita de los reyes de Pamplona.
Los Condados Catalanes surgen tras la conquista del Pirineo Oriental por los ejércitos de Carlomagno en torno a 800. Carlomagno intenta convertir este territorio en la Marca Hispánica, la frontera defensiva del Imperio carolingio. Pronto los condados serán gobernados por condes catalanes dependientes del Imperio carolingio. Wifredo el Velloso (874-898) consigue la unificación de casi todos los condados bajo su mando y Borrell II (947-992) independiza los condados catalanes frente a los carolingios.
II.2.Principales etapas de la Reconquista.
Entendemos por “Reconquista” el período histórico en el que los reinos cristianos del norte de la Península conquistaron el territorio de Al Ándalus. Aunque se suele decir que dura entre 722-1492, su período más activo fue el comprendido entre  los siglos XI, XII y XIII. En realidad se trató de una conquista, pero el Reino de Asturias y sus herederos (Reinos de León y Castilla) justificaron dichas conquistas presentándolas como la restauración de la Monarquía Visigoda y como una cruzada contra los infieles.
La Reconquista no fue un proceso continuo sino que tuvo continuos altibajos, por lo que respecta a los reinos cristianos, éstos estuvieron condicionados por la minoridad de los reyes y la concepción patrimonialista de los reinos que provocaba la constante fragmentación entre los herederos  y la unión de dichos reinos por matrimonio.  Etapas:
-          Siglos  VIII-X: el Reino de  Asturias-León conquista el Valle del Duero, territorio de escasa población y no defendido por los musulmanes. Por el contrario, los núcleos pirenaicos apenas pueden avanzar por  el Valle del Ebro donde los musulmanes están sólidamente afincados.

-          Siglo XI-mediados del siglo XII (reconquista de Toledo y Aragón): Sancho el Mayor mantuvo su hegemonía sobre los reinos cristianos hasta 1034, pero a su muerte, sus reinos se dividieron entre sus hijos que se enfrentaron entre sí. Finalmente, unos de sus nietos, Alfonso VI (1065-1109) reunificó los reinos de Castilla y León, exigió parias a los Reinos de Taifas y conquistó Toledo en 1085. 
La llegada de los almorávides (Batalla de Zalacas 1086) y la Guerra Civil en Castilla, frenaron la expansión castellana, sin embargo, los almorávides no pudieron impedir las conquistas de Alfonso I el Batallador (rey de Aragón y Navarra) en el Valle del Ebro (Zaragoza, 1118).

-          Segunda mitad del siglo XII (paralización de la reconquista). En 1147 se produjo la unión catalano-aragonesa por el matrimonio del Conde de Barcelona Ramón Berenguer IV (1137-1162) con la heredera de Aragón. Esta unión será definitiva, aunque los dos territorios,Cataluña y Aragón, mantendrán sus leyes, cortes y organismos de gobierno separados. 
Alfonso VII de Castilla (1126-1157) se convierte a mediados del siglo XII en el Emperador de las Españas. Aragón y Castilla se reparten sus áreas de influencia en la Península en el Tratado de Tudillén  (1151). A la muerte de Alfonso VII (1157) la reconquista se vuelve a paralizar, Castilla y León se vuelven a separar mientras los almohades invaden Al-Ándalus y derrotan repetidamente a los cristianos (Batalla de Consuegra, Uclés). La defensa de los territorios de La Mancha y Extremadura  frente a los almohades queda en manos de las Ordenes Militares (Santiago, Alcántara, Calatrava).

-          Siglo XIII (reconquista de Andalucía, Valencia, Mallorca y Murcia)
A principios del siglo XIII el rey de Castilla, Alfonso VIII (1158-1214) dirige una cruzada los principales reyes cristianos contra los almohades y les vence en la decisiva batalla de las Navas de Tolosa (1212).
En 1230 Fernando III (1217-1230) recupera la unidad de Castilla y León, y conquista el Valle del Guadalquivir: Córdoba, Sevilla y Jaén. En 1248 Muhammad I, rey de Granada se declara su vasallo. Por su parte, Jaime I (1213-1276), rey de Aragón conquista Mallorca y Valencia. Nuevamente, Valencia queda como reino jurídicamente independiente junto a Aragón y Cataluña.
Navarra permanece independiente pero enclaustrada entre Castilla y Aragón y se vincula a Francia tras la muerte de Sancho VII el Fuerte (1194-1234).
II.3. Modelos de repoblación y organización social. La Mesta.
Entendemos por repoblación el paso siguiente a la reconquista de los reinos cristianos consistente en poblar los nuevos territorios conquistados con población inmigrante del norte. También consiste en explotar económicamente los nuevos territorios así como gobernarlos. La repoblación era imprescindible para defender y asegurar las conquistas. La repoblación estuvo condicionada por la velocidad de la conquista, la cantidad de población preexistente y los aportes de población cristiana. Asimismo, los diferentes tipos de repoblación dieron lugar a una diferente estructura de la propiedad de la tierra (que aún persiste parcialmente).
Tipos de Repoblación
Siglos VIII-X.  Pressura (aprisio en catalán): Castilla-León al norte del Duero, Rioja, somontano aragonés, Cataluña Vieja. Repoblación espontánea y lenta de nobles, monasterios y hombres libres sobre territorios vacíos. Dominio de la pequeña propiedad.
Siglos XI-XII. Repoblación Concejil: Castilla-León al sur del Duero, Toledo, Valle del Ebro, Cataluña Nueva. Repoblación de iniciativa real sobre territorios con población musulmana preexistente y amenazados por los musulmanes. Importantes concesiones reales a las villas (fueros o cartas pueblas) a las que se les conceden amplísimos alfoces (comunidades de villa y tierra). Dominio de la mediana propiedad y de la actividad ganadera.
Siglos XII-XIII. Repoblación de las Órdenes Militares. Castilla-La Mancha, Extremadura, Maestrazgo. Repoblación de las órdenes militares (Santiago, etc.) en forma de encomiendas sobre territorios rápidamente conquistados y con poca población. Domina la encomienda, propiedad de gran tamaño con una dedicación preferentemente ganadera.
Siglo XIII: Repartimientos. Andalucía, Murcia, Valencia, Mallorca. Repoblación real que concede a los nobles participantes en la conquista los latifundios de los antiguos propietarios musulmanes junto a los campesinos musulmanes existentes. Domina el latifundio con dedicación agrícola preferentemente.
Entre los siglos XI-XIII se produce una fase de expansión demográfica y económica. La población crece y se supera la economía rural cerrada de los siglos anteriores. Así se reactivan las vías de comercio en conexión con la fundación de nuevos centros urbanos. Estas nuevas ciudades se denominan burgos, tienen funciones artesanales y comerciales y en ellos se llevan a cabo mercados y ferias por concesión real (fueros y cartas pueblas).
La economía castellana se orienta claramente hacia la ganadería lanar más que hacia la agricultura. El negocio consiste en la lana que se vende a buen precio en los mercados de Flandes e Inglaterra. Los rebaños de ovejas son propiedad de los nobles y los grandes monasterios. Estos se organizan en asociaciones cada vez más influyentes que regulan la trashumancia y cuidan las cañadas. En 1273 Alfonso X funda el Honrado Concejo de la Mesta que une a todas estas organizaciones ganaderas.  
Entre los siglos VIII-X la abundancia de tierras vacías permitió a los cristianos  emigrar hacia el sur, de manera que dominaba la población libre sobre los nuevos territorios. Sin embargo, a partir del siglo XI se va extendiendo el feudalismo tanto en los territorios del norte como en los nuevos territorios repoblados. La nobleza y la iglesia, claves en la reconquista  se refuerzan ante el poder real al extenderse el señorío territorial y jurisdiccional. 
Este reforzamiento de la nobleza y la iglesia genera el surgimiento de la sociedad estamental (dividida en brazos o estamentos con sus propias leyes y funciones). Estos dos estamentos dominantes, junto a las oligarquías urbanas constituirán las cortes a partir del siglo XIII.
II.4. La España de las Tres Culturas.
La reconquista supone la convivencia entre cristianos, musulmanes y judíos en buena parte del territorio español. Esta convivencia está dominada hasta el siglo XIII por la tolerancia religiosa. Un ejemplo de esto será la Toledo conquistada por Alfonso VI en 1085. La convivencia pacífica de las tres religiones justifica el título de Alfonso VI como “Emperador de las tres Culturas”. 
Una de las manifestaciones más importantes  será la Escuela de Traductores de Toledo fomentada por Alfonso X el Sabio en el siglo XIII. Estas traducciones del árabe permitirán a los cristianos conocer los antiguos escritos de los sabios griegos de la Antigüedad (Aristóteles, etc.), así como los avances científicos en matemáticas, astronomía, etc.
Otra de las manifestaciones de esa convivencia es la presencia de un arte híbrido hispano-musulmán. Así, el Arte Mozárabe o el Arte Mudéjar (Románico y Gótico Mudéjar de los siglos XII-XIII), mezclan las influencias europeas del Camino de Santiago con las influencias islámicas.
II.5. La Baja Edad Media. La crisis de los siglos XIV y XV

La Baja Edad Media es un período de crisis generalizada en toda Europa: una crisis demográfica cuyo principal exponente es la Peste Negra, una crisis social que afecta al Feudalismo y a la Economía Señorial, una crisis política que se expresa en guerras permanentes (Guerra de los Cien Años) y una crisis religiosa (Cisma de Occidente).
En este contexto de crisis, Castilla y Aragón desarrollan las bases de estados modernos que cristalizarán en la época de los Reyes Católicos pero de dos maneras muy distintas: Monarquía Autoritaria y Pactismo respectivamente.

La organización política. Instituciones.

La Edad Media fue un período de reforzamiento del poder de los nobles frente a los reyes institucionalizado en las monarquías feudales. Sin embargo, en la Castilla de los siglos XIV-XV se fue imponiendo un nuevo principio político que anteponía el poder del monarca sobre cualquier otro poder del estado: la Monarquía Autoritaria. En ésta, el soberano sólo era responsable de sus actos ante Dios y no reconocía ninguna otra autoridad igual a la suya.
Uno de los primeros reyes que se decantó claramente por la Monarquía Autoritaria fue Alfonso XI (1310-1350) (Ordenamiento de Alcalá de 1348), sin embargo, a causa de las frecuentes minoridades reales y los conflictos civiles, sus descendientes (Pedro I el Cruel (1350-1369) y Enrique IV (1454-1474)) tuvieron que mantener una pugna continua con la nobleza para imponer sus principios autoritarios.

La Monarquía Autoritaria exigía el desarrollo de unos instrumentos de gobierno que permitían al rey centralizar el poder y gobernar de una forma más efectiva. Estas instituciones constituyen las bases del estado moderno:

El Consejo Real(1385) era un órgano de gobierno de carácter técnico, formado por juristas. Su principal función era asesorar alrey y ayudarle en funciones de gobierno y legales.

La Audiencia(1371) ejercía funciones judiciales en nombre del rey. En principio era itinerante, pero en el siglo XV se estableció en la Chancillería de Valladolid

Los Corregidoreseran los representantes del rey en los municipios y jueces en primera instancia. En éstos elantiguo Concejo Abierto había sido sustituido por el Regimiento, un organismo de gobierno controlado por las oligarquías locales

Las Cortesde Castilla no tenían ninguna función legislativa ni control del gobierno, solamente votaban impuestos y servicios para el rey, y solamente él tenía el poder para convocarlas.

Al contrario que en Castilla, el Pactismo se impuso en Aragón. El Pactismo establecía que el rey debía negociar con las cortes de los tres reinos (Aragón, Cataluña, Valencia) las decisiones más importantes.

La debilidad de los monarcas de Aragón se debía a que en realidad eran los reyes de una confederación de tres reinos que mantenían sus propias leyes y cortes independientes.
Para gobernar estos reinos así como otras conquistas del Mediterráneo la Corona de Aragón se valía de los virreyes o lugartenientes.

La Cortes de la Corona de Aragón tenían mucho más poder que las de Castilla. En 1283, los nobles aragoneses habían arrancado a Pedro III el Grande los Privilegios de la Unión según los cuales las cortes tenían derecho a ser convocadas periódicamente (y no sólo cuando el rey lo desease), además las cortes mantenían las Diputaciones Permanentes que no se disolvían sino que gestionaban el cobro de impuestos. Una de estas diputaciones, la Generalitat de Cataluña llegó a adquirir ciertas funciones de gobierno. Otra institución particular de estos territorios era elJusticia de Aragón, defensor de los fueros del reino.

Respecto al gobierno municipal, en la Corona de Aragón, los principales municipios tenían amplia autonomía. Así le ocurría a Barcelona que se gobernaba por una asamblea dominada por la oligarquía urbana: el Consell de Cent (Consejo de Ciento). Esta asamblea nombraba periódicamente a los magistrados de la ciudad: los consellers.

Crisis demográfica, económica y política

En el siglo XIV se produjo una grave crisis demográfica y económica que afectó especialmente a Castilla. Ya a principios del siglo XIV se produjeron frecuentes crisis agrícolas. Sobre esta población subalimentada recayó la Peste Negra hacia 1348. La Peste provocó una caída de la población y movimientos de población importantes del campo a la ciudad.

El despoblamiento de ciertas zonas rurales hizo disminuir la producción agrícola con el consiguiente aumento de los precios. La economía señorial sufrió así un duro golpe. Los señores perdieron muchos de sus campesinos feudatarios y por tanto se arruinaron. Los nobles llevaron a cabo una intensa reacción señorial, tanto contra el rey como contra sus propios campesinos a los que impedía salir del señorío y se les sometía a nuevas cargas señoriales (por ejemplo los payeses de remensa en Cataluña). Los campesinos iniciaron a su vez movimientos anti señoriales muy violentos (por ejemplo, los forans de Mallorca en 1450), y la conflictividad social fue la norma de toda la Baja Edad Media (Guerras Remensas, conflictos urbanos como la Biga contra la Busca en Barcelona, pogroms contra los judíos, etc.)

En el siglo XV se invirtió la tendencia y Castilla se recuperó demográfica y económicamente. Esto estuvo vinculado al desarrollo de la ganadería ovina (oveja merina) y al comercio de lana con Flandes. Por el contrario, la Corona de Aragón, y especialmente Cataluña sufrió una grave crisis en el siglo XV, debido en parte al hundimiento del comercio mediterráneo.

La crisis política fue otra de las constantes de la Baja Edad Media. La crisis política tuvo su origen en la resistencia de los grupos nobiliarios frente a los intentos de imponer la Monarquía Autoritaria. Así, en Castilla se produjo una constante lucha de la alta nobleza contra los reyes. Por un lado, éstos aprovechaban la minoría de edad del rey (de Alfonso XI o Juan II) para imponer sus intereses o bien provocaban una guerra civil al oponer otro candidato al trono (Guerra Civil entre Pedro I el Cruel y Enrique de Trastámara 1366-1369; Farsa de Ávila y enfrentamiento entre Enrique IV y su hermanastro Alfonso (1465).

La entronización de los Trastámara en Aragón por el Compromiso de Caspe (1412) también extendió este tipo de enfrentamiento civil a estos territorios (conflicto entre Juan II de Aragón y la Generalitat de Cataluña (1462-1472)). Esta guerra estuvo también determinada por la crisis económica que existía en este territorio y se mezcló con el conflicto de las Remensas y las luchas entre la Biga y la Busca en la ciudad de Barcelona.

Todos estos conflictos se reproducirán al principio del reinado de los Reyes Católicos (1474-1479), pero éstos vencerán a la nobleza triunfando por fin los principios de la Monarquía Autoritaria.

La expansión de la Corona de Aragón en el Mediterráneo

Mientras Castilla se hundía en una profunda crisis económica durante la primera mitad del siglo XIV, Cataluña se defendía mejor de la crisis gracias al desarrollo del comercio por el Mediterráneo durante el siglo XIV.

Esta expansión comercial de la Corona de Aragón se vio acompañada por un rosario de conquistas en el Mediterráneo. La expansión militar acompañaba al comercio catalán.

Los principales capítulos de la expansión de la Corona de Aragón por el Mediterráneo fueron: Vísperas Sicilianas (1282), conquista de Sicilia por Pedro III el Grande, Cerdeña por Jaime II (1324), expansión de los Almogávares en los Ducados griegos de Atenas y Neopatria, conquista de Nápoles por Alfonso V el Magnánimo (1443).

Esta expansión política marcó la supremacía marítima de Cataluña en el siglo XIV y enfrentó a la Corona de Aragón con Francia y el Papado.
La expansión política ayudó a la expansión comercial, Barcelona exportaba hierro e importaba cereales y tejidos de Sicilia y Cerdeña, pieles y cuero del norte de África y seda y especias del Mediterráneo Oriental.

La irrupción de los turcos en Bizancio en 1453 cortó las rutas de comercio con Asia y perjudicó el comercio catalán que entró en crisis en el siglo XV. Valencia adquirió en este período un papel más importante que Barcelona.

Las rutas atlánticas: castellanos y portugueses. Las Islas Canarias.

Al tiempo que decaían las rutas del Mediterráneo en el siglo XV, se reforzaban las rutas Atlánticas más relacionadas con el comercio castellano. La marina castellana empezó a adquirir protagonismo en la conquista de Sevilla, sin embargo, la expansión por el Atlántico se veía dificultada porque los benimerines y granadinos controlaban la navegación por el estrecho de Gibraltar. La Batalla del Estrecho la terminó ganando Alfonso XI (Batalla del Salado, 1340).

Paralelamente, los intereses económicos de Castilla se vinculaban cada vez más al comercio de lana desde los puertos cantábricos hasta Flandes. Castilla se vio obligada a intervenir en la Guerra de los Cien Años (entre Inglaterra y Francia), para defender las rutas del Cantábrico.

A principios del siglo XV, Portugal inició su expansión marítima en torno a la Escuela de Sagres, actividad promovida por el infante Enrique el Navegante. La pretensión portuguesa era llegar al Asia Oriental circunnavegando África. Así se expandieron por la costa africana y ocuparon las islas de Madeira, Azores y Cabo Verde.

El caso de Canarias fue distinto. Los castellanos ya estaban interesados por ellas en el siglo XIV, aunque la ocupación efectiva se produjo en el siglo XV en dos fases:

• Primera fase (principios del siglo XV): se ocuparon Lanzarote, Fuerteventura, La Gomera y Hierro. Fue una expansión nobiliaria dirigida por Jean de Bethancourt en nombre de Enrique III.

• Segunda fase (1475-1496), en el reinado de los Reyes Católicos, y por iniciativa real se conquistó Gran Canaria, la Palma y Tenerife.

Los portugueses disputaron a Castilla el dominio sobre Canarias y finalmente el conflicto se solucionó por el Tratado de Alcaçovas (1479) que reservaba estas islas para Castilla a cambio de que los portugueses mantuvieran la exclusividad de la expansión por la costa africana.
La conquista de Canarias fue el precedente directo de los viajes de Colón y la Conquista de América por Castilla.


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